¿Cómo puedo saber si mis calamares están en mal estado?

Los calamares congelados que llevan demasiado tiempo almacenados pueden estropearse, desprender olores desagradables y convertirse en un "caldo de cultivo" para las bacterias, que pueden provocar intoxicaciones alimentarias y otros problemas de salud. Para garantizar la seguridad alimentaria, hay que prestar atención al aspecto, el olor y la textura de los calamares. Los calamares frescos deben rezumar líquido transparente, la superficie debe estar húmeda y sin arañazos evidentes, la carne es delicada y elástica, y no hay olores fuertes. Si el calamar ha perdido su brillo, muestra manchas grises o marrones de putrefacción, o tiene un olor fuerte, significa que el calamar se ha echado a perder y hay que desecharlo y volver a comprarlo.